domingo, 8 de enero de 2017



¿Cómo supero los problemas de concentración al dejar de fumar?

Entre el 55% y el 75% de las personas que dejan de fumar experimentan problemas de concentración ante tareas difíciles. Más frecuentes los primeros días, suelen aparecer a las 24 horas siguientes del último cigarrillo, mantenerse durante las dos primeras semanas y disminuir hasta desaparecer al cabo de un mes aproximadamente.
¿SABES POR QUÉ TE SIENTES ASÍ?

La nicotina estimula la producción de importantes sustancias químicas a nivel cerebral (epinefrina, norepinefrina, dopamina, arginina, vasopresina, betaendorfina y acetilcolina). Dichas sustancias, se relacionan con estar alerta, el aprendizaje, la memoria. En el fumador, la química cerebral cambia temporalmente y cuando fuma un cigarrillo puede tener una mayor sensación de actividad cognitiva.

La nicotina estimula una importante producción de sustancias químicas a nivel cerebral: epinefrina, norepinefrina, dopamina, arginina, vasopresina, betaendorfina y acetilcolina. Estas se relacionan con estar alerta, el aprendizaje, la memoria. Cuando dejas de fumar, los efectos se revierten. Además, también puedes perder la concentración debido a la distracción que supone el descenso del nivel de nicotina en sangre y los síntomas de abstinencia.
ESTO ES LO QUE PUEDES HACER:
Tómate un descanso. Mira por una ventana, cierra los ojos… lo importante es que puedas relájate por unos minutos.
Centra tu atención en la respiración. Inspira y exhala a ritmo normal diez veces seguidas y mantén tu atención en eso. De esta forma, podrás disminuir tu estado emocional.
Centra tu atención en un objeto. Focaliza tu atención sobre un objeto neutro (bolígrafo, teléfono, silla, lo que sea). Fíjate bien en todos sus detalles durante un minuto: color, textura, olor… no te permitas pensar en otra cosa.
Piensa en otras cosas que puedas hacer durante un pequeño descanso. Tal vez puedas terminar algunas tareas secundarias como “descanso” de una actividad repetitiva principal.
Levántate y camina de vez en cuando. Te ayudará a mejorar el flujo de oxígeno en tu cerebro.
Prueba la técnica de “las palabras clave”. Lo único que tienes que hacer es encontrar la palabra clave correcta en lo que estés haciendo y, cada vez que pierdas la concentración, comienza a decir la palabra clave repetidamente en tu mente hasta que regreses al tema a tratar. La palabra clave en esta técnica no es una sola palabra fija para todas las situaciones sino que puedes cambiarla según la tarea o trabajo. No hay reglas para seleccionar la palabra clave, cualquier palabra puede serte útil.
Prueba la regla de “los cinco más”. Cada vez que pierdas la concentración, oblígate a hacer “cinco más” de lo que estés haciendo en ese momento. Si es leer, lee cinco páginas más. Si es escribir, escribe cinco párrafos más. Si es concentrarte, hazlo cinco minutos más. Si encuentras la energía para seguir la regla con autodisciplina ya verás como notarás mejorías bien rápido.
Compagina diferentes actividades en vez de concentrarte en una sola tarea por mucho tiempo.
Realiza las tareas más importantes durante las horas en las que te encuentras más alerta.
Cuando no te sientas capaz, si puedes, deja el trabajo para después.

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